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En la última entrada, hice alusión a que el debuggeo de un programa puede ser visto como una especie de juego de detectives, hay un crimen por resolver y pistas que deben llevar al origen de la falla, que luego se deberá resolver.

Resulta que en desarrollo de sistemas, las analogías de juegos abundan. Y un escenario donde también disfruto jugando es mientras sigo una metodología de trabajo en particular a la hora de estar programando.

Debuggear* es todo un arte.

De hecho casi todo en el desarrollo de software y sistemas es un arte. Al menos así lo vemos aquí.

El arte detrás de esto está en la parte creativa, en la parte donde creas algo que al usuario le resulta útil. E implica muchísimas habilidades que caen en el rango de 'artes'. Es un arte poder entender una necesidad y luego plasmarla en un software (empezando por la interfaz y terminando por la arquitectura, o al revés). Es un arte diseñarlo. Es un arte realizarlo.

Y también es un arte depurarlo.

"The Art of Unix Programming" es un libro de Eric S. Raymond. A quince años de haber sido escrito considero que ha envejecido bien. Todo el contenido hace que el título cobre sentido: programar en Unix es nada menos que un Arte.

El diseño y desarrollo de software tiene en su caja de herramientas varias joyas que resultan vitales al momento de hacer sistemas de cierto tamaño. Uno de ellos es el principio K.I.S.S. Este post es un ejemplo práctico de su aplicación

Toda organización que se dedique a desarrollar software debería tener un workflow, y en cuanto al versionado de código éste es el nuestro...

Todo sistema requiere de una arquitectura que defina su diseño para asegurar un funcionamiento estable, así como su escalabilidad en crecimiento y mantenimiento. En Podemos los sistemas que sustentan nuestra infraestructura tecnológica no son la excepción, y en este breve post pasamos a detallar algunos aspectos importantes de la arquitectura que define el diseño de la mayoría de nuestros sistemas.