Todos tenemos una manera particular en la que trabajan nuestros cerebros para resolver un problema. O para atender nuestra rutina diaria en el trabajo (o cualquier lugar) también.
En el caso de los que programamos sistemas, me gusta la idea de pensar en construir una casa de cartas...
Es una actividad que requiere alta concentración. Y cada nueva carta que colocas, cada piso que le agregas, es muy similar a cómo vamos acomodando internamente nuestras conexiones neuronales para entender el problema que estamos intentando resolver.
Y como la actividad de construir casas de cartas, programar nos encanta. Nos apasiona acomodar nuestros cerebros para entender el problema e irlo resolviendo, poco a poco. Encontrando errores y corrigiéndolos, pensando en un diseño genial y luego implementándolo. Es, en realidad, tan placentero como un juego, de esos donde vas construyendo cosas. Lego quizá.
Lo genial de trabajar en Podemos es que todos tratamos de mantener una política abierta para recibirnos unos a otros cuando requiramos algo de un área en particular. Si necesito algo con la chica de nómina, me acerco a ella y le planteo mi situación. Si algo surge con talento, riesgo o dirección general, también. Lo mismo con Tecnologías de la Información.
El problema... es cuando nos agarran justo construyendo una bonita y complicada casa de cartas...
¡Oh tragedia! :'(
Realmente puede ser muy frustrante. Una interrupción termina acabando en esto, no porque seamos frágiles. Vaya, ni siquiera sería culpa de quien llega con una solicitud. Como sea tiene un trabajo que hacer y requiere de algo de parte nuestra.
Y muchas veces la solicitud requiere que el equipo de TI nos pongamos de inmediato a construir una nueva casa de cartas, una que modele el problema que nos acaban de solicitar. Olviden la casa de hacer rato, ahora tenemos que construir una nueva para entender el problema.
Y no, no podemos dejar a un lado la casita anterior para atender la nueva casita. El problema está en que sólo tenemos una mesa: nuestro cerebro, y no podemos construir muchas a la vez. O enfocamos nuestra concentración en una, o en otra, pero dos a la vez no se puede.
En fin, que cuando la persona que nos vino a ver se retira, esperamos que satisfecha, con la posible solución (o promesa de solución) que le damos, podemos anotar la manera en que construimos esta nueva casa, y derrumbarla, voluntariamente, para reconstruir la otra... ¿La recuerdan? La que tuvimos que tirar tan violentamente porque es la casa en la que estábamos trabajando hace rato y con la que debemos continuar trabajando.
Pero, bueno, ¿podemos hacer algo al respecto? Quizá sí. Modificar la forma en que trabajamos, o en que nuestros cerebros trabajan, cuando resolvemos problemas, difícilmente sería una solución. Sobre todo si es la manera más óptima a la que llegamos para trabajar eficientemente. Y me atrevo a pensar que en todo el mundo, todas las personas que trabajan programando software podrían coincidir conmigo en que ésto es un severo problema.
Y esa, es justo la razón por la que nos frustramos tanto con las interrupciones. No es que no nos guste interactuar con ustedes. No es que no nos gusten las personas. O que nos caigan mal. Es sólo nuestra casa de cartas en la cabeza...
¿Qué podemos hacer?
Quizá entonces establecer un protocolo...
Es obvio que no podemos evitar las interrupciones. Las situaciones que se presentan en una oficina son importantes para quienes las afrontan.
Y tampoco vamos a cerrar T.I.
¿Qué tal abordarnos por otro medio?
Comencemos por un chat si es urgente, o un correo si no lo es tanto. Y acordamos platicar más adelante.
Intervenciones personales y directas sólo cuando el mundo se esté incendiando, que podría pasar claro.
Para terminar, una tira. Lo que a veces pensamos sólo sería una juntita de 5 minutos, para nosotros que necesitamos construir casas de cartas de varios pisos para apenas poder comenzar a hacer trabajo productivo podría traducirse en una pérdida de, al menos, una hora:
Y si quieres saber como construir casas de cartas de verdad, quizá te sirva este link: https://ocio.uncomo.com/articulo/como-hacer-un-castillo-de-cartas-27852.html