Cuentan las leyendas que a bordo de un barco pirata la palabra del capitán era ley. Quien se atrevía a contravenir su voluntad era enviado a la plancha o abandonado en una isla desierta. Al menos la literatura y el cine es lo que nos han hecho creer. Garfio, Barbaroja, Jack Sparrow o el mismo capitán Nemo nos los han retratado así. Sin embargo, lo que la investigación histórica más seria concluye son cosas muy distintas...
Por lo que se sabe, a bordo de un barco pirata, todos los marineros tenían cierto grado de igualdad, voz y voto incluídos, para la toma de ciertas decisiones. Incluyendo, sí, la destitución del capitán que sólo tenía autoridad unívoca durante las batallas, o del contramaestre que asumía el liderazgo durante el resto de la vida cotidiana en el barco. Resulta difícil imaginarlo, sobre todo luego de todo lo que nos han retratado, pero no imposible.
Se sabe que los piratas aceptaban unirse a una misión de piratería bajo ciertas condiciones, y firmaban un documento donde se estipulaban tanto las normas que todos debían seguir, la compensación del botín que recibirían, y los castigos por desobediencia (que sí incluían ser abandonados en islas desiertas, por cierto, sólo que no era el capitán quien decidía eso).
¿Cómo capitaneas un barco de T.I?
Esa pregunta me la hice el día que comencé a tener gente a mi cargo. Y sin duda ha sido una pregunta nada trivial para responder. Cada día aprendo más y trato de mejorar. Hoy en día no puedo decir que estoy ni tantito cerca del ideal de un buen líder. Ojalá un día lo esté, y toda la tripulación que tenga o haya tenido a cargo se sientan orgullosos de mi gestión como su capitán.
Mientras tanto, comencé a aplicar una lección que aprendí en otro ámbito lejano a la tecnología (un tema para otra historia), cuando dirigía gente. En ese entonces no sabía nada de lo que debía dirigir, pero sí sabía que lo mejor era apoyarme en los expertos a los que dirigía. Sabrá Dios por qué me eligieron para dirigir a esta gente siendo yo un inexperto, pero así se dieron las circunstancias.
Lo que apliqué fue lo siguiente: yo no seré su 'jefe', ni el capataz o mandamás de ustedes, seremos un equipo, y ustedes me enseñarán con su experiencia, y yo aprenderé. Mi labor será además comunicarles de la mejor manera lo que piden de nosotros, para que nos organicemos y lo hagamos siempre de la mejor manera.
Por sorprendende que parezca, funcionó. Además de que aprendí mucho de lo que antes no sabía, fuimos, en lo que cabe, bastante exitosos. Los temas de logística no se nos dificultaron, los objetivos por lo general siempre se cumplieron. Fueron mis pininos en liderazgo.
Cuando llegué a Podemos Progresar, no imaginé que muy pronto me econtraría yo al frente del área de T.I. Entonces no tenía gente a cargo, pero de nuevo muy pronto eso cambió. ¿Cómo debía actuar?
Capitán de un barco pirata
Apliqué aquello de lo que conocía. Aunque sí sabía más del área que iba a dirigir aquí, lo que no sabía era cómo tener gente a cargo en un trabajo, así que apliqué algunos principios:
- Todos estamos en el mismo barco
Lo que importa es la misión, no hay miembro más importante que otro. Yo simplemente soy la cara ante la Organización.
Como el grumete, el cañonero o el que arría las velas, todos desempeñan una función en un barco. En el equipo también. Hay desde los que están aprendiendo, los expertos en un ámbito o en otro. Pero nadie, ni el que dirige, ni el que hace la parte más visible al usuario o el que atiende los tickets importa más que otro.
- Todos tenemos voz y voto
Los asuntos importantes los decidimos todos, nadie impone su voluntad a nadie. Habrá ocasiones en que como líder, como capitán, tendré que tomar decisiones sin consultar. Pero es como en una batalla naval. En esas circunstancias ningún marinero cuestionaba lo que el capitán decidía. Las batallas a veces pasan y entonces el liderazgo se tiene que asumir de esa manera, pero tampoco nos la pasamos batallando todo el tiempo.
- No nos imponemos nada unos a otros
Lo peor sería que asumiéramos que todo es batalla. Muchas decisiones se pueden preguntar. Y OJO, no se trata de que todos digan "sí estoy de acuerdo" con una decisión, se trata de considerar las opiniones de todos. Y de nuevo, no es sólo por que cada uno sea valioso. Es también porque puede haber una opinión más experta que si se ignora podría haber riesgos que no vemos.
Esto de no imponerse se refleja hasta en la práctica de ponernos de acuerdo para reunirnos. El tiempo es lo más valioso que cada programador tiene. Aunque usualmente las reuniones no son opcionales, procuramos que sean valiosas de alguna u otra manera. Lo que sí prefiero es que todos decidamos cuándo y cómo nos queda mejor vernos. A algunos esto les parece exagerado, o imposible de lograr. A mi me basta dar varias opciones y dejar que una mayoría decida. Cosa que no me lleva más de 20 minutos, la mayoría de las veces.
- Yo no soy experto en muchas cosas, pero me apoyo en los expertos
El día que yo tenga todo el conocimiento de todas las cosas, no sólo podría prescindir de esto, seguramente moriría de tanta cosa que tendría que tener en mi cabeza. Literalmente es imposible dominar todos los ámbitos de cualquier arte, sea navegar barcos o sea hacer sistemas.
Por eso también son importantes los procesos de reclutamiento e inducción de nuevos ingresos. Porque debemos asegurarnos que tenemos a los expertos que necesitamos para las misiones que vamos a llevar a cabo, y que estén lo mejor preparados para brillar en ellas.
- Cada marinero debería opinar sobre los nuevos miembros
Pero creemos que no sólo un alto comité debería elegir a quien nos va a acompañar. Será un miembro más de la tripulación. Cada marinero que va a trabajar con él debería poder por lo menos emitir su opinión al respecto. Debería poder stalkearlo, conocerlo, si se puede entrevistarlo, y emitir su opinión. Al final y al cabo será alguien con quien va a trabajar codo a codo. Y expertos reconocen a expertos.
- Todo barco tiene oficiales: delega
Por último pero no menos importante. Así como un barco pirata tiene contramaestres, oficial de armas, jefe médico, o cualquier otro puesto necesario para llevar a cabo las labores que el capitán solito no podría llevar, en un equipo de TI, como en cualquiera de hecho, se necesita tener oficiales a cargo de los distintos aspectos de una misión. Eso además de aliviar la carga al capitán, le da a los demás la oportunidad de CRECER.
El crecimiento no sólo es responsabilidad del líder. El involucrado también debe querer crecer. Para esto, el capitán no debe enfocarse en darle a su tripulación todo lo que necesita, sino más bien las herramientas para que lo consigan. Conforme los problemas surjan, mientras más empoderados estén para resolver ellos mismos los problemas, y conforme menos dependencia tengan de sus líderes, más crecimiento estarán habilitados para tener.
El código de los piratas
Se dice que los piratas vivían una suerte de 'democracia' incipiente. Cuando los barcos de las marinas o mercantes de los siglos XVI a XVIII eran despóticamente gobernados por un capitán, los piratas se gobernaban por un código que les permitía, como ya decía más arriba, hasta destituir a su capitán o algún oficial que no estuviera haciendo bien su trabajo. Seguro esto está muy idealizado, pero por lo que he leído está más apegado a la realidad histórica que lo que las películas nos han enseñado.
En Podemos TI también tenemos un código: nuestros valores como área.
Los puedes consultar aquí, pero te los resumo a continuación: